La Maestría

Resumen de una Reunión Grupal.
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Estaba Sakyamuni el Buda meditando en la espesura del bosque junto a sus primeros discípulos… cuando se acercó un detractor espiritual que detestaba y odiaba a Buda… y aprovechando el momento de mayor concentración del Buda, lo insultó… lo escupió y le arrojó tierra.
Sakyamuni el Buda salió del trance al instante… y con una mirada amorosa envolvió con compasión al agresor… y sonrió…
Los discípulos también reaccionaron y algunos se levantaron rápidamente y atraparon al hombre… mientras tanto otros discípulos cogieron palos y piedras y esperaron la orden del Buda para darle su merecido.
Buda en un instante percibe la totalidad de la situación… y les ordena a los discípulos, que suelten al hombre… y se dirige a este con suavidad y convicción diciéndole:
Mire lo que usted generó en nosotros… se da cuenta de lo que ha hecho… nos expuso ante un espejo… el cual ha mostrado el verdadero rostro de cada uno.
Desde ahora le pido por favor que venga todos los días… para ponernos a prueba de nuestra verdad… o de nuestra hipocresía
Usted vio que en un instante yo lo llené de Amor… pero estos hombres que hace años me siguen por diversos lugares del país meditando y orando… demuestran no entender ni vivir el proceso de la unidad… y quisieron responder con una agresión similar o mayor a la recibida.
Regrese siempre que lo desee… usted es mi invitado de honor.
Todo insulto suyo será bien recibido… y será como un estímulo para ver si vibramos alto… o es sólo un engaño de la mente, esto de ver la unidad en todo… y que todos somos Uno.
Cuando escucharon esto, tanto los discípulos que participaron directa o indirectamente… como el hombre, se retiraron de la presencia del Buda rápidamente… llenos de vergüenza y con un gran sentimiento de culpa… cada uno percibiendo la lección de grandeza del Maestro y tratando de escapar de su mirada y de la vergüenza interna.
A la mañana siguiente, el agresor, se presentó ante Buda… se arrojó a sus pies y le dijo en forma muy sentida.
No pude dormir en toda la noche… el sentimiento de culpa que siento es muy grande… le suplico que me perdone y me acepte en su Grupo.
Buda con una sonrisa en el rostro, le dijo: “Usted es libre de quedarse con nosotros, y si quiere puede hacerlo ahora mismo… pero no puedo perdonarlo”.
El hombre muy compungido, le pidió que por favor lo hiciera, ya que él era un Maestro de Compasión… a lo que el Buda respondió:
Entiéndame… claramente… para que alguien perdone… debe haber un ego herido; solo el ego herido, puede perdonar.
El ego nos hace creer que después de haber pasado por odiar o sentirse resentido por lo que te han hecho… uno siente la necesidad de sentirse espiritualmente superior a aquel que en su ignorancia mental nos hirió.
Solo alguien que sigue viendo la dualidad… y se considera a sí mismo muy sabio… perdona… a aquel ignorante que le causó una herida”.
Y continuó hablando Buda y le dijo: “No es mi caso… yo lo veo como un Alma igual a Mí… no me siento superior… no siento que me hayas herido… solo tengo y siento un profundo Amor por usted… no puedo perdonarlo… solo lo Amo.
Quien ama, ya no necesita perdonar.”
El hombre no pudo disimular una cierta desilusión, ya que las palabras de Buda eran muy profundas para ser captadas por una mente llena todavía de turbulencia y necesidad… y ante esa mirada carente de entendimiento, el Buda añadió con comprensión infinita:
“Percibo lo que le pasa, vamos a resolverlo: Para perdonar, ya sabemos que necesitamos a alguien dispuesto a perdonar.
Vamos a buscar a los discípulos que reaccionaron ante usted… pues en su soberbia están todavía llenos de rencor… y les va a gustar mucho que usted les pida perdón.
En su ignorancia se van a sentir magnánimos por perdonarlo… poderosos por darle su perdón… y usted también va a estar contento y tranquilo por recibirlo… usted va a sentirse gratificado en su ego culposo, y así más o menos todos quedarán contentos y podremos seguir meditando en el bosque, como si nada hubiera pasado”
Y así fue como todos se perdonaron y Buda pudo seguir Meditando en el bosque.

Los Estudiantes deben comprender y trascender esta enseñanza.
Koan: Nunca voy a perdonarte… ¡PUES TE AMO!
El que logra aceptar que detrás de cada situación está la perfección Divina… puede liberarse en un instante, de años de rencor, de resentimiento y de enfermedad.
Entonces podrás decir las palabras de Sabiduría conscientemente…
Nunca voy a perdonarte… ¡PUES TE AMO!
Inspiro-Espiro

Rabsal

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Categorías: Budismo

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