Mi Yo me Ve…
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“Mi Yo me Ve… y yo sé que Él me Ve… es más, Él ve a través de mí”
La frase “Mi Yo me Ve… y yo sé que Él me Ve… es más, Él ve a través de mí” describe un momento de profunda conexión y reconocimiento espiritual, donde la consciencia personal (o autoconsciencia), toma plena consciencia de su conexión con su Chispa Divina o YO Superior.
La Filosofía Transcendental, revela la necesidad de trascender el “yo”, (el “ego”) para alinearse con la Totalidad de nuestro Ser.
Porque, no solo somos cuerpo-mente y personalidad, somos Alma Espiritual o Subconsciencia y Supraconsciencia o Chispa Divina… como podemos ver en la foto adjunta.
Diferenciar el “yo” del YO
El “yo” o “ego”, sirve –de momento– para el diario vivir y la interacción en el mundo fenoménico. Sin embargo, no debe dirigir nuestra existencia.
Definición de “yo” y “ego”: el “yo”, es un agregado sicológico, y el “ego”, es el conjunto de todos “yoes”.
El “yo” es un aspecto individual de la personalidad y pueden representar diferentes roles, comportamientos, sentimientos, emociones, estados mentales, etc.
El Yo (con la primera letra en mayúscula): Representa a nuestra Alma Espiritual (Subconsciencia) o Conciencia.
Y el YO (en mayúsculas): Representa a la Supraconsciencia (Chispa Divina).
El YO y el Yo, es la fuente de sabiduría y equilibrio interior que, al ser reconocida, uno sabe que es quien realmente Guía nuestra vida y nuestra existencia.
El Kóan: “Mi Yo me Ve…”
El Kóan “Mi Yo me Ve… y yo sé que Él me Ve… es más, Él ve a través de mí” sirve para romper las barreras de la mente-pensamiento-dualista habitual y llevarnos a un estado de atención consciente y autodescubrimiento.
El kóan propuesto —“Mi Yo me Ve…”— opera como un ejercicio dialéctico que desafía la lógica dual del “yo”, o del “ego”.
La palabra “kóan” proviene de la tradición Zen, y alude a un enigma o paradoja que trasciende el razonamiento lógico.
Aquí, no se trata de resolver intelectualmente la paradoja, sino de experimentar la dualidad como una unidad.
Y el acto de ser observado por el Yo, en mayúscula, sugiere a la consciencia o autoconsciencia, que es una parte esencial de ese Yo.
Trascender el “yo” (“ego”) en la Era de Acuario
La Era de Acuario es un símbolo del despertar colectivo y de la transformación de la consciencia humana.
Para vivir plenamente en esta nueva vibración, debemos trascender el “yo” (ego) que ha “dominado” nuestra personalidad, –hasta ahora– y abrirnos a la guía interior del YO Superior.
La personalidad de Belleza
En la Filosofía Transcendental, se enfatiza la creación de una “personalidad de Belleza”, aquella que se desarrolla a través de la Ética, la Armonía y el Amor.
Este proceso requiere de atención, observación, concentración y meditación: Atención Consciente: Requiere, estar presentes en cada momento, reconociendo nuestras emociones y pensamientos.
Observación Consciente: Percibir sin juzgar o interpretar, lo que ocurre, dentro y fuera de nosotros.
Concentración: Mantener la atención continuada en el objeto de percepción… la Concentración es un estado de Presente continuo.
Meditación Consciente: Aquietar la mente-pensamiento-dual y permitir que emerja la sabiduría interna.
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El Camino de la Autoobservación y la Integración
Para que la transformación ocurra, debemos aprender a observar íntimamente que sucede en nuestro interior y en nuestro entorno.
Esta observación constante es la llave que abre la puerta al cambio de consciencia consciente.
Ver las cosas como son
El mayor desafío radica en ver las cosas como realmente son, sin las distorsiones y distracciones del “yo” (del “ego”).
Cuando logramos esta percepción pura, reconocemos que “Mi Yo me Ve”: sin embargo, la Chispa Divina siempre ha estado presente, velando por nuestro equilibrio.
El YO Superior y la consciencia Personal
El YO Superior: Es la fuente inmutable de sabiduría. Está más allá del tiempo y el espacio, y su única intención es el desarrollo personal y el desenvolvimiento espiritual de cada individuo para que se Realice.
La consciencia Personal: Es la parte de nosotros que actúa en el mundo, con la capacidad de decisión o de aprendizaje, y con la Guía siempre presente de nuestra Alma Espiritual y de nuestro YO Superior o Chispa Divina.
Cuando la consciencia Personal se alinea con el Alma Espiritual y el YO Superior o Chispa Divina, se produce la integración y el Despertar, aquí es donde podemos aplicar el Kóan de: “Mi Yo me Ve…”.
La Reunión de Grupo y la Guía de los Maestros
En la práctica, el Grupo Espiritual ofrece un espacio de apoyo y resonancia, donde la energía colectiva facilita la transformación.
Los llamados “Maestros” o bien los “Instructores”; son aquellos que, habiendo recorrido parte del camino, inspiran y acompañan a los Estudiantes, sin imponer.
Por ejemplo, a través de: Respeto mutuo: Entre estudiantes y maestros no hay superioridad, sino complementariedad.
Compartir la experiencia: El avance de uno impulsa al otro y viceversa.
Contacto Espiritual: Al participar en reuniones y prácticas espirituales, la consciencia se eleva y la conexión con el YO Superior se fortalece.
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“Mi Yo me Ve…”: El Despertar a la Realidad
Reconocer que “Mi Yo me Ve…” es tomar consciencia de que, incluso cuando creemos estar solos, el YO Superior está observándonos con amor y guía compasiva hacia una parte de Su Ser (la consciencia personal).
Comprender que Él Ve a través nuestro, implica un acto de entrega, por lo tanto, debemos permitir que Lo Divino actúe en nuestra vida, manifestándose en cada decisión, palabra y acción… siendo consciente de todo el proceso y dejándonos fluir en la vida.
Responsabilidad consciente Espiritual
Este despertar conlleva responsabilidad. Si sabemos o intuimos que el YO nos Ve y nos inspira, debemos vivir acorde a su Guía, lo que implica rectitud, servicio y amor incondicional, hacia uno mismo y hacia todos los Seres.
El ego y la Transparencia del Ser
Cuando el “yo” (el “ego”), deja de dominar, nos convertimos en un canal transparente de la Conciencia Superior.
Las barreras se disuelven y surge la plenitud de la vida, sin carencias ni contradicciones internas.
El Sentido de la Frase
La frase “Mi Yo me Ve… y yo sé que Él me Ve… es más, Él ve a través de mí” encapsula el momento místico, en el que el discípulo, se da cuenta, de su identidad esencial con su Alma Espiritual y su YO Superior o Chispa Divina.
Entonces deja de buscar validación externa y comprende que la fuente de todo Entendimiento y Amor se encuentra en su interior.
En la Filosofía Transcendental, este reconocimiento es el portal al verdadero Despertar.
Es el instante en que comprendemos que no estamos solos, que la sabiduría eterna nos acompaña y que nuestro deber es encarnar esa sabiduría en la vida cotidiana, beneficiando, no solo a nosotros mismos, sino también a toda la humanidad.
El Yo Trascendente como Equilibrio y Guía
La frase “Él ve a través de mí” sugiere que el Yo superior no solo observa, sino que participa en la realidad fenoménica o realidad física.
La “madurez” espiritual no es un logro, sino un proceso de entrega: permitiendo o fluyendo para que el Yo guíe sin resistencias, transformando incluso lo mundano en un acto sagrado.
Resumen
El viaje espiritual nos invita a integrar la consciencia personal o autoconsciencia, con la Conciencia Divina.
A medida que abrazamos el kóan “Mi Yo me Ve… y yo sé que Él me Ve… es más, Él ve a través de mí”, damos un paso decisivo hacia la Unión con lo eterno, reconociendo que lo divino actúa a través de nosotros y que cada acto de presencia es un acto de amor y realización.
El Estudiante o Discípulo debe aprehender o incorporar el kóan: Mi Yo me Ve… y yo sé que Él me Ve… es más, Él ve a través de mi…
Porque, incluso cuando estoy “solo”… mi Yo me observa, Mi Yo me Ve.
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Inspiro-Espiro
Con Profundo Amor
Rabsal
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