El Arte de la Observación – 2ª Parte
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Un discípulo, buscando acercarse a la verdad, acudió a su Maestro y le pidió una enseñanza especial y secreta, que le permitiera experimentar la Verdad.
Con humildad, le dijo: «Maestro, por favor, te ruego que me impartas una instrucción para aproximarme a la verdad. Tal vez tú dispongas de alguna enseñanza secreta.»
El Maestro lo miró por un momento, observándolo con una calma profunda, y respondió: «El gran secreto está en la Observación. Nada escapa a una mente verdaderamente observadora.
En la observación profunda y sin juicio, se revela la enseñanza más elevada.»
Confundido, el discípulo preguntó: «¿Qué me aconsejas hacer entonces, Maestro?»
«Observa la naturaleza tal cual es», respondió el Maestro.
«Vete y siéntate en un lugar tranquilo, junto al mar, y contempla como el sol se refleja en las aguas.
Permanece allí todo el tiempo que sea necesario, hasta que la verdad te hable a través de tu observación.
Que tu mirada sea serena, sin el impulso de interpretar, ni juzgar.»
Con estas palabras, el discípulo emprendió su práctica.
Durante días, se mantuvo en completa observación, sentado a la orilla del mar, sin deseos de entender, ni controlar, sino simplemente siendo testigo del Instante Presente.
Observó el reflejo del Sol sobre el océano, a veces con aguas tranquilas, otras veces en el vaivén de las olas y en la furia de las tormentas.
Con paciencia y sin juzgar, contempló los movimientos de la naturaleza, desarrollando un Silencio y una Quietud Interna.
Gradualmente, algo en su interior comenzó a expandirse.
Su mente, en Silencio, cedió espacio a una consciencia más profunda.
Ya no estaba frente al océano; era el océano, era el Sol que brillaba en cada reflejo, era cada ola.
La frontera entre el observador y lo observado desapareció, revelando una verdad que transcendía toda enseñanza escrita o rito religioso.
Cuando regresó, el Maestro le preguntó: «¿Has comprendido la esencia de la observación?»
Con humildad y gratitud, el discípulo respondió: «Sí, Maestro. Durante años asistí a ceremonias, recité escrituras y realicé ritos sagrados, pero nunca había comprendido realmente.
Estos días de simple observación me han llevado a una comprensión más allá de las palabras.
Intrigado, el Maestro continuó: «¿Y qué has comprendido, a través de la observación consciente y atenta?»
«Comprendí que el Sol que se refleja en el océano es como nuestro Ser interior, siempre radiante, auto-luminoso e inmutable. Las aguas pueden estar en calma o en tempestad, pero el Sol, no se ve afectado por ellas.
De igual modo, en nuestro interior existe un núcleo de luz inalterable, que permanece intacto ante las olas de los pensamientos, las emociones y las circunstancias. Este Ser es uno con toda la existencia.»
El Maestro, con una leve sonrisa, asintió: «Ésta es la enseñanza más sublime: la que se desprende de: El Arte de la Observación.
Todos los grandes descubrimientos de la humanidad han surgido de una observación profunda y atenta, de una mirada que no juzga ni interviene, sino que se limita a presenciar la verdad, tal cual Es.
Cuando observamos sin distorsiones, nos descubrimos a nosotros mismos, reflejados en la totalidad de la existencia.
El Maestro concluyó: «El acto de observar sin juzgar nos lleva a un conocimiento que no puede aprenderse en ningún libro, ni adquirirse mediante ningún rito.
En la Observación, se revela la Unidad de todo lo que existe, y a través de esta Unidad, el Verdadero Ser.
Observa y comprende, y hallarás que nada externo puede añadir ni quitar a esa plenitud que siempre, ha sido tuya.»
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Este enfoque profundiza en la idea de la observación como un proceso que lleva al despertar de la Consciencia Transcendental.
Al transcender la mente y sus juicios, el discípulo se sumerge en una comprensión que va más allá de las palabras y las enseñanzas externas, descubriendo, en la observación, la manifestación directa de la Realidad Última.
La Filosofía Transcendental se centra en la experiencia directa y No en el conocimiento conceptual del intelecto.
Este relato es una representación de como, a través de una observación consciente, el ser humano puede llegar a su Esencia más profunda y alcanzar una comprensión de lo Absoluto y de Si Mismo.
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Inspiro-Espiro
Con Profundo Amor
Rabsal
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