El Ser Humano y la Naturaleza- 2.ª Parte

Si prefieres escuchar el artículo está disponible aquí  

Os recuerdo que son apuntes…

El Ser Humano y la Naturaleza

En el proceso evolutivo de la Naturaleza y el de la Humanidad, el Ser Humano ocupa el cuarto Reino de la Naturaleza.

Y como reinos inferiores al ser Humano o Humanidad están: el reino mineral, el vegetal y el animal– que también están evolucionando y además, constituyen la base de nuestra existencia.    

Más allá del Humano, se encuentra el quinto Reino, el Reino Superhumano, hacia el cual la humanidad se dirige en su evolución espiritual.

Cuando hablamos de Naturaleza, nos referimos a algo vasto e indefinible.

Su verdadera esencia trasciende las palabras, pues éstas solo son un reflejo limitado de su profundidad.  

La comprensión genuina de la Naturaleza no se puede alcanzar desde la mente-pensamiento-dual; ésta solo ofrece una aproximación fragmentada.

En este trabajo o artículo reflexionaremos sobre los distintos aspectos de la Naturaleza –su relación con el Ser Humano y su papel en el plano espiritual– a través de conceptos como la Conciencia, el Alma Espiritual y el “ego”.

Naturaleza: Definiciones y significados

Según la RAE Naturaleza es: Principio creador y organizador de todo lo que existe.

Según la Filosofía, Naturaleza es: La Naturaleza, es Ley Natural, es el principio o esencia de las cosas naturales.

Puede entenderse en dos sentidos:

Como el conjunto de todo lo natural, sujeto a las leyes de la física y la biología.

Y como las propiedades esenciales y causa de las cosas individuales.

……………………………

La Naturaleza abarca desde los procesos subatómicos hasta los eventos cósmicos.

Es el principio vital que lo sustenta todo, desde organismos celulares hasta galaxias enteras.

Por tanto, podemos decir que la Naturaleza es tanto lo material, como lo Sobrenatural.                                                                                                                           

Su Inteligencia y Sabiduría son las responsables de dar forma y Vida a todo lo que existe.

La Naturaleza como expresión de la Vida

El Planeta Tierra o Gaia (en la Mitología Griega), es una manifestación de la Naturaleza.                                                                                                                             

Todo lo que en él se desarrolla –átomos, elementales, minerales, vegetales, animales y humanos– es parte de su red interconectada. 

Esta red no solo mantiene la existencia física de los cuatro reinos, sino que también contiene el potencial para la realización espiritual, en el Humano.

En La Escuela del Alma, Naturaleza y Poder de Vida son términos muy similares.

La Naturaleza no oculta nada, a quien se hacen Uno con ella. 

Aquellos que aprenden a observar la naturaleza, sin juzgarla y sin interpretarla, son capaces de percibir la Unidad, detrás de la aparente multiplicidad.

¿Cómo podemos sintonizarnos con la Naturaleza?

Pues, a través de la Magia, entendida, como el arte de dominar las “fuerzas ocultas” que la rigen.

Así, podemos sintonizarnos con la Naturaleza mediante, la atención plena, la observación, la concentración y la Meditación.

Y por supuesto, reconociendo la interdependencia entre todos los seres y respetando los reinos inferiores de la creación, que como hemos dicho son: el animal, el vegetal y el mineral… o la tierra en sí.

El Ser Humano y su relación con la Naturaleza

El Ser Humano depende de la Naturaleza no solo para su supervivencia física, sino también para su desarrollo personal y el desenvolvimiento espiritual.

Los minerales, plantas y animales no solo nutren a nuestro cuerpo físico; también reflejan la aceptación y pureza que hemos olvidado.

En la vorágine del pensamiento-dualista y la acción inconsciente, hemos perdido el contacto con nuestra Esencia y con la esencia* de la naturaleza.  

*Esencia: Definición de esencia: Aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas.  

Mientras que los seres de la Naturaleza existen en unidad consigo mismos, los humanos hemos creado un “yo” separado, que es el origen del conflicto. 

La mente dualista nos aleja de la experiencia directa del presente y nos encierra en un laberinto de problemas.

Para reconectar con la Naturaleza, necesitamos:

Aquietar la mente: Solo en la quietud podemos percibir su plenitud y armonía.

Observar la naturaleza conscientemente: Es decir; Honrar cada piedra, planta y animal, al contemplarlos con atención plena.

Y reconocer la interconexión que tenemos con la naturaleza: Debemos reconocer que; La Vida es Una y se manifiesta en múltiples formas.

La Naturaleza como maestra espiritual

La Naturaleza tiene el poder de enseñarnos a regresar al Instante Presente

Un árbol, una piedra o un animal nos muestran como descansar en el Ser, libres de preocupaciones; por ejemplo: preocupaciones mentales, emocionales o físicas.

Al contemplar la naturaleza sin juicios, se nos transmite algo de su esencia: una serenidad profunda y una conexión con el Todo.

La respiración, por ejemplo, es un vínculo directo con la Naturaleza, es más ella proporciona el oxígeno necesario para la vida.

La respiración, No es algo que controlamos; es un proceso natural que sucede por sí mismo. 

Al poner atención consciente en nuestra respiración, transcendemos la mente dualista, o conceptual y accedemos a un estado de Conciencia pura.

La práctica:

Al caminar por la Naturaleza, observa y escucha los sonidos, con tu mente en silencio, es decir: sin juzgar, ni interpretar lo que observas o escuchas.

Reconoce la dignidad, aceptación y pureza de los seres que encuentres, en tu caminar.

Hazte consciente de tu propio campo energético y de la Vida que te anima, que te da la Vida y que te mantiene con Vida.

La unidad del Ser Humano y la Naturaleza

La relación entre el Ser Humano y la Naturaleza es, –o debería ser– simbiótica o de fusión, entre el Ser Humano y la Naturaleza. 

A través de la atención consciente, la Naturaleza toma consciencia de sí misma por medio de nosotros y nosotros de ella.

Este proceso es una danza evolutiva, un intercambio sagrado en el que –ambos– activamos la Magia.

Koan: Miro la flor y soy consciente de ello… la flor es consciente de que la observo y me percibe… en ese Instante Presente, la Magia se manifiesta… la flor y mi consciencia se fusionan, experimentando o vivenciando, que Somos Uno.

Cuando un ser humano alcanza la quietud mental, descubre una dimensión de conocimiento y entendimiento, que transciende la mente-pensamiento-dual.

Es aquí donde se revela la Magia y el Misterio de la Vida, una realidad que no puede explicarse con palabras, pero que se vive, o vivencia, plena-mente.

Koan: Todo es y no es… pero Es.

Reflexión…

La Naturaleza es un espejo de nuestra Esencia. 

Cuando aprendemos a observarla, sin juicio y a sintonizar con su energía, descubrimos que no estamos separados de ella.

Este reconocimiento no solo nos reconecta con nuestro Ser, sino que también nos permite vivir en armonía con la Naturaleza del Planeta Tierra, o Gaia.

La Naturaleza nos espera.

Cuando tomamos consciencia de su belleza, silencio y quietud, añadimos algo a su existencia, y ella, en respuesta, nos transforma.

…………………………

Seguimos…

El Ser Humano y la Naturaleza

El lugar del Ser Humano en la evolución

Como hemos dicho… el Ser Humano se encuentra en un punto crucial del desarrollo evolutivo, ocupando el cuarto Reino de la Naturaleza, un puente entre los reinos inferiores —mineral, vegetal y animal— y el quinto Reino, el Reino Superhumano o Espiritual.                                       

Este viaje, tanto físico como metafísico, refleja el propósito último de la existencia; transcender las limitaciones de nombre y forma, para alcanzar la Unidad con lo Absoluto.

El Estudiante sabe qué: Cada reino tiene una función precisa dentro del Plan de la Creación.                                   

El reino mineral forma la estructura básica del mundo físico, la piedra angular de la estabilidad material.                                                                                                                 

El reino vegetal, en su silencioso crecimiento, simboliza la vida que se alza hacia la luz.

El reino animal representa el primer brote de consciencia individualizada.

Finalmente, el Ser Humano, como un ser autoconsciente, es el laboratorio donde la vida explora su propia naturaleza y sentido, preparándose para acceder al próximo nivel, al quinto reino o Reino Superhumano.

El quinto Reino, el espiritual, no es un espacio distante, sino una realidad potencial latente dentro de cada ser Humano.

Este reino, también conocido como el Reino de las Almas Espirituales, representa un estado de Conciencia que transciende la ilusión de separación y dualidad.

Naturaleza: Más allá de las definiciones

Cuando tratamos de definir a la Naturaleza, caemos inevitablemente en la trampa del lenguaje.   

La Naturaleza, en su esencia, es un misterio indefinible.

No obstante, podemos aproximarnos a ella desde distintos ángulos:

La Naturaleza física: Todo lo que existe en el universo manifiesto, desde las partículas subatómicas hasta los sistemas galácticos, están compuestos de materia física.

La Naturaleza inherente o inseparable: Las leyes que rigen la vida, como el ciclo de nacimiento, crecimiento, transformación y disolución, están presentes en la naturaleza… y el ser humano es parte de la naturaleza y es inseparable de ella.

La Naturaleza transcendente: La inteligencia y energía subyacente que anima y organiza la existencia, –como un poder espiritual–, es percibida por quienes penetran en su Misterio.

El ser humano, con su capacidad de reflexión, es el único en los cuatro reinos que puede preguntar: ¿Qué es la Naturaleza?                                                                          Este cuestionamiento marca el inicio del despertar espiritual, pues nos facilita el poder reconocer que no estamos separados de ella, sino que somos su manifestación consciente.

La conexión del Ser Humano con la Naturaleza

La relación entre el Ser Humano y la Naturaleza es esencial.

Sin embargo, a medida que la civilización actual ha ido “progresando”, esta conexión se ha debilitado.

Las sociedades modernas han priorizado el desarrollo tecnológico y material sobre la relación armoniosa con el entorno natural, lo que ha llevado a una percepción fragmentada de la existencia.

En su esencia, la Naturaleza nos enseña que separarnos de ella, es absurdo, pues si maltratamos a la naturaleza, indirectamente nos lo hacemos a nosotros.

Cada ser humano no solo forma parte de la Naturaleza, sino que es una expresión de ella, al igual que una ola es parte del océano.

Cada acción que realizamos, cada emoción, cada pensamiento que emitimos, genera un impacto en esta red interconectada.

Reflexión: ¿Cómo sería nuestra vida si viviéramos con plena consciencia, de que lo que le hacemos a la Naturaleza, nos lo hacemos a nosotros mismos?

Reconectando con la Naturaleza

Para sanar esta relación, el Ser Humano necesita dar pasos conscientes y realmente Humanos, como, por ejemplo:

La contemplación: Pasar tiempo en la Naturaleza, observándola con atención plena y en Silencio.      

Esto no solo calma la mente, sino que nos devuelve al presente, el único lugar donde podemos experimentar la vida plena-mente.

El respeto: Debemos reconocer la dignidad inherente, de que, la naturaleza está tan unida a nosotros que es imposible separarnos de ella.

La humildad: Debemos abandonar la actitud de una teoría muy expandida que dice: El ser humano es el centro de todas las cosas, el fin absoluto de la naturaleza y punto de referencia de todas las cosas y puede manejar la naturaleza a su antojo.

Nosotros como Estudiantes Espirituales debemos transcender esta teoría y aceptar que somos una parte de la naturaleza, No su dueño.

La Naturaleza como espejo espiritual

La Naturaleza no es solo un entorno físico; es un reflejo de nuestro mundo interno.

Los ciclos de las estaciones, el fluir de los ríos, el crecimiento, de una planta, o el de un árbol, o la “inmovilidad” de una montaña, nos ofrecen lecciones profundas sobre la vida.

Una planta y un árbol, nos enseña, paciencia y arraigo. Su fuerza proviene de sus raíces profundas, mientras que sus ramas se extienden hacia el cielo en búsqueda de luz.

Un río, simboliza el fluir de la vida. Nos recuerda que todo cambia, que nada permanece estático.

La montaña, representa la estabilidad y la trascendencia. Desde su cima, la perspectiva se amplía, y el mundo se revela como un todo armónico.

La capacidad de percibir estas enseñanzas depende de nuestra disposición interna. Cuando aquietamos o silenciamos nuestra mente relativa y abrimos nuestro Corazón, la Naturaleza comienza a revelarnos su secreto y su Misterio.

La Naturaleza como maestra del Ser

La Naturaleza nos invita constantemente a regresar al Aquí y Ahora, el único momento donde la Vida ocurre Realmente.

Un pájaro cantando, el sonido del viento entre las hojas, la frescura del aire al amanecer, la salida o puesta del Sol, etc… cada uno de estos fenómenos nos recuerda la simplicidad de la existencia y la perfección del Instante Presente.

Prácticas para aprender de la Naturaleza:

Silencio consciente: Encuentra un lugar en la Naturaleza y permanece en silencio, dejando que todos tus sentidos se despierten, observando y escuchando, sin prejuicios.

Meditación activa: Camina lentamente, sintiendo tus pies en cada paso, en cada respiración, en cada latido de tu corazón.

Escucha profunda: Atiende a los sonidos de la Naturaleza sin etiquetarlos ni analizarlos.

Al hacer esto, empezamos a experimentar algo que transciende la mente-pensamiento dualista y parlanchina; experimentando o vivenciamos la conexión con la Naturaleza y con lo que Realmente Es.

La Unidad del Todo

El camino hacia la comprensión de la Naturaleza pasa por el reconocimiento de que no hay separación entre el observador y lo observado. 

Cuando el Ser Humano alcanza un estado de unidad con la Naturaleza, la mente-pensamiento-dual deja de resistirse al fluir de la vida, y surge una Paz Profunda o Paz Mental.

Este estado de unidad no es una meta distante; es nuestra condición natural.

Hemos nacido de la Naturaleza y, al final, regresaremos a ella.

La aparente separación es solo una ilusión creada por la mente-pensamiento-dual.

Conclusión:

La Naturaleza como puente hacia lo Absoluto

La Naturaleza, en su infinita sabiduría, es tanto el escenario como la guía de nuestro viaje espiritual. 

A través de su belleza, su fuerza y su misterio, nos recuerda quiénes somos en Esencia.

¡Y que somos!… Somos expresiones de la Vida Una.

El Ser Humano tiene el potencial de ser un puente entre el mundo físico y lo transcendente, un canal a través del cual la Naturaleza se vuelve consciente de sí misma y nosotros de ella.

Pero para cumplir con este propósito, debemos regresar a la simplicidad, aprender a escuchar y a mantenernos en Silencio… recordando que la Vida es un regalo Sagrado.

Reflexión final:

La Naturaleza no necesita nuestras palabras; solo necesita nuestra Presencia.

A través de ella, la Vida nos “habla”… ¡Nos “habla” a través del Silencio y la Quietud!

*** 

Inspiro-Espiro

Con Profundo Amor

Rabsal

+++++++++++++++++++++++++ 

Audio Mp3

+++++++++++++++++++++++++


1 comentario

Padme💕 · 01/08/2025 a las 14:48

Os Honro Os Amo Profundamente Loly y Rabsal .Gracias gracias gracias Maestros

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.